Hidalgo Montoya - Cancionero de Aragón
Hidalgo Montoya - Cancionero de Aragón
Aragón es el museo español como un prodigioso diptico de un pintor genial que trazase el resumen de una civilización completa pero limitada siempre a lo razonable y posible. Inequívoco resultado de un recio esfuerzo que llega al límite de lo humano con agudo sentido de sutileza y penetración. Con una tolerancia sistemática que sabe terminar todo conflicto en acuerdo.
No en balde Cervantes tras el desolado caminar de Don Quijote y Sancho por Castilla encuentra en la aventura de los Duques en Aragón un lugar de descanso que, conservando la tensión caballeresca, crea en Barataria la réplica burlesca y jovial de las gentes del Ebro.
Así presentamos el Cancionero de Aragón. Fruto sencillo de una sociedad sencilla pero con sutilezas transidas por el amor que canta en las albanas. Que canta en oliveras y trillas, rondas y villancicos. que en los dances recuerda la medieval forma satírica y la siempre renovada esperanza de triunfar sobre el caudillo moro.
Y abrumadoramente baila y canta en la jota. La jota que extendida a todo el folklore español y transcendiendo al campo de la creación culta, sabe seguir siendo una vigorosa e inextinguible creación popular. Como la energía de este sin par pueblo de tierras ásperas que supo extenderse por el ancho mar sin olvidar sus secas llanuras. Que sencillo pero cortesano, sabe confraternizar con los demás sin olvidar su original manera de entender su pasado, su presente y que sabrá mantener su futuro. Cuenca de un gran río, cuenca humana de un desfile inagotable de pueblos, millares, millones, de gotas semejantes y distintas entre sí, pero siempre hospitalarias con sus vecinos de la Navarra, Francia, Cataluña, Valencia y Castilla.
En esa enorme sinfonía de civilizaciones, Aragón baila y canta a su aire. Aire que pule el ladrillo mujéjar y acaricia la piedra pirenaica. Que brama en el Moncayo y barre como un gigante la suave llanura que desciende hacia el Ebro. Y mantiene siempre viva la clásica energía del compromiso en una tierra donde todo esfuerzo es necesario.
Ref.: 30007608
12,02 €
Hidalgo Montoya - Cancionero de Aragón
Aragón es el museo español como un prodigioso diptico de un pintor genial que trazase el resumen de una civilización completa pero limitada siempre a lo razonable y posible. Inequívoco resultado de un recio esfuerzo que llega al límite de lo humano con agudo sentido de sutileza y penetración. Con una tolerancia sistemática que sabe terminar todo conflicto en acuerdo.
No en balde Cervantes tras el desolado caminar de Don Quijote y Sancho por Castilla encuentra en la aventura de los Duques en Aragón un lugar de descanso que, conservando la tensión caballeresca, crea en Barataria la réplica burlesca y jovial de las gentes del Ebro.
Así presentamos el Cancionero de Aragón. Fruto sencillo de una sociedad sencilla pero con sutilezas transidas por el amor que canta en las albanas. Que canta en oliveras y trillas, rondas y villancicos. que en los dances recuerda la medieval forma satírica y la siempre renovada esperanza de triunfar sobre el caudillo moro.
Y abrumadoramente baila y canta en la jota. La jota que extendida a todo el folklore español y transcendiendo al campo de la creación culta, sabe seguir siendo una vigorosa e inextinguible creación popular. Como la energía de este sin par pueblo de tierras ásperas que supo extenderse por el ancho mar sin olvidar sus secas llanuras. Que sencillo pero cortesano, sabe confraternizar con los demás sin olvidar su original manera de entender su pasado, su presente y que sabrá mantener su futuro. Cuenca de un gran río, cuenca humana de un desfile inagotable de pueblos, millares, millones, de gotas semejantes y distintas entre sí, pero siempre hospitalarias con sus vecinos de la Navarra, Francia, Cataluña, Valencia y Castilla.
En esa enorme sinfonía de civilizaciones, Aragón baila y canta a su aire. Aire que pule el ladrillo mujéjar y acaricia la piedra pirenaica. Que brama en el Moncayo y barre como un gigante la suave llanura que desciende hacia el Ebro. Y mantiene siempre viva la clásica energía del compromiso en una tierra donde todo esfuerzo es necesario.